La triste realidad es que no siempre hayamos la suerte de encontrar a tan buenas personas, dignas de llamarse veterinarios o dignos de llamarse médicos, pues a veces ocurre que no les gusta su profesión o han perdido la ilusión por continuar y dejan de tener tal honor y privilegio de tener dichos nombres. Este problema, hoy bien extendido, da lugar a las bien conocidas negligencias, de las cuales seguro alguno de vosotros seréis víctimas y os sentiréis identificados con seguridad. Hoy por ello he decidido publicar aquí este pequeño apartado, donde denunciaré, aunque no sea de manera oficial, casos de negligencias y no sólo eso, sino que ustedes también podréis hacerlo, lo pondréis si lo deseáis en comentarios y si lo deseáis los incluiré en el artículo. Sé que quizás este no es el blog más adecuado para publicar esto, pero después de todo no sólo pondré casos denunciables, sino también algo de Fitoterapia. Sin más gracias y espero que les guste o mejor dicho les sirva el artículo.
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Mi experiencia con la negligencia médica
Mi experiencia podría decirse que está durando bastantes años y aquí sólo quiero comentar que aviso de todos mis errores para que no los cometan ustedes, pues no es nada apetecible verse como ahora me veo, que casi ni puedo denunciar como debería. La gran negligencia que han cometido conmigo es acerca de los oídos. Yo con 13 ó 14 años fui al médico de cabecera a que me mirase el gran dolor que tenía en los oídos. Él se levantó, me echó un vistazo rápido y me dijo que se trataba de un tapón. Me mandó al ATS a que me lo extrajera con la clásica técnica del agua. Creía que todo iba bien, escuchaba algo raro, pero suponía que era normal, hasta que sentí un dolor punzante de nuevo y con más fuerza. Pensé que era pasajero, pero me equivocaba. No pude dormir en casi toda la noche y al día siguiente continuaba. Fui de nuevo al cabo de un par de días y me dijo que tenía una infección en el oído, probablemente a raíz de la limpieza o que eso lo habría empeorado, pero que no pasaba nada. Me mandó unos antibióticos y me dijo que regresara tras una semana. Así lo hice, a la semana regresé y me dijo que ya no tenía nada, pero para mi sorpresa, el dolor seguía ahí y esta vez con algo de picor y no sólo eso, sino que mi médico me dijo que no pasaba nada que se quitaría todo tras unos días.
Esperé una semana más, pero el dolor aumentaba y tuve que regresar y ya encima empezaba a molestarse el médico de que fuese tantas veces, ese día fui con fiebre y el dolor de los oídos, me dijo que era de nuevo un tapón, me mandó la limpieza, un analgésico, unas gotas y un antipirético. Me tomé las pastillas e intenté echarme las gotas y un picor enorme al cabo de unos minutos me empezó a recorrer los oídos, luego un increíble dolor y ardor, finalmente acabé con las dos orejas que parecían entrecots de ternera (pues eran ambos oídos los que tenía mal). Todo esto se lo dije a mi padre también y me dijo que él no se podía echar gotas, pues era alérgico y que quizás yo también lo fuera y él estaba sordo de un oído, por varios problemas que tenía al igual que yo con los oídos. El caso, cuando regresé de nuevo le conté todo y el médico me dijo que no me echara las gotas si no quería, pero que bajo mi responsabilidad. Cuando llegué al ATS el dolor era insoportable para echar ese agua. Me extrajeron los tapones y regresé de nuevo al médico ya esta vez con mareos del tipo vértigo, dolores horrendos de oídos a veces me dolía el maxilar.
Las palabras del médico "Deja de escucharte que te escuchas mucho". Tuve un largo historial de fiebres, que seguían sin mirarlos y siempre los mismos cuentos. El médico del que hablo era un gran médico al principio, siempre acertaba, hasta que un día dejó de acertar y terminó por no echarme ni caso. La edad que les pongo no es exacta, fue hace tiempo y no estoy segura al 100%. Mi madre se empezó a creer eso de que iba ya por gusto o por librarme del colegio, hasta yo me empecé a creer que me escuchaba demasiado y dejé de ir a las consultas, llegué a tener 40º de fiebre y el médico seguía diciendo que no era nada, un simple catarro, otros a veces me decían que era una neumonía, en fin, no se aclaraban ni entre ellos. El caso que llegó el día de cambiarme de médico, pues mi madre ya se empezaba a asustar. El cambio fue a peor, con un médico que apenas me permitía hablar y encima se metía con el paciente, criticándolo y tratándolo nefastamente. Yo realmente quería y sigo hoy día queriendo, cambiarme al médico de mi madre el cual sí lo veo más involucrado, pero siempre tiene el cupo lleno y nunca dejan. El médico este que me tocó, me mandó al Otorrino y con las indicaciones que me dio una de GAES me hice la maldita limpieza de ese supuesto tapón, que maldita sea la hora en la que me la hice. Esa limpieza era por medio de aspiración. Ah y se me olvidaba decir que siempre desaparecían mis historiales, lo que le decía al médico anterior no salía nunca, que o una de dos o se les olvidaba a posta o ni lo leían.
Sigo, esa limpieza me provocó dolores de cabezas constantes, el cigomático inflamado y dolorido, el oído destrozado, picor intenso por dentro y fuera del oído, hay días que me cuesta comer... Todo porque la médica me engañó, me dijo que si necesitaba decir algo levantase la mano y se lo dijera, ahí la realidad era que si te dolía algo te aguantases, por no decir otra palabra más chunga, ni gritos, ni levantar la mano ni nada, bajo constantes amenazas de que si gritaba, hablaba o levantaba la mano me podía perforar el tímpano. Tuve que soportar el dolor hasta el final. Luego no recibí ningún informe de nada, ellos se quedaron con el papel de la cita y con todo, me dijo que lo pondría en el historial. También me prometió que si me dolía luego podía regresar y decírselo, pero tampoco fue así. Confiada en la de GAES llamé y me dijeron que allí no eran médicos, cuando la otra a mí me dijo que me ayudaría en todo y que sí tenía carrera, me dijo que me haría la audiometría y me daría el papel con los resultados y no obtuve nada de nada. El papel si lo quería debía pedírselo la médica, ella no me lo daría y todo porque no habíamos firmado nada y no teníamos pruebas de haber estado allí. Luego de la estafa y los incesantes dolores y calvarios, tras pasar unas semanas, regresé a otro médico y me dio cita de nuevo con el Otorrino.
Bueno además de eso luego se lo dije a quién lo escribió y me volvió a enseñar que estaba ahí escrito, pero los demás siguen diciendo que no. No hay un médico que quiera hacer las pruebas necesarias para saber lo que me ocurre y mi oído izquierdo me ha echado algo de líquido. No puedo denunciar nada porque no tengo suficientes pruebas, cada vez que voy a una consulta me dicen que no he estado allí, vamos que nos inventamos todo, no puedo solicitar informes de nada, porque directamente me dicen que no tengo ningún informe que demuestre que me pasa algo. No existen según ellos mis idas y venidas del Otorrino, pero ya no es sólo hasta ahí... Tuve que ir una vez al hospital donde estuve ingresada porque se me dormían las piernas y los brazos, además de la cara y me dijeron que había salido algo extraño al hacer el Electro y la respuesta fue que volviese si me volvía a ocurrir, no me hizo falta, aparentemente no tiene importancia, pero sospecho que si realmente había algo extraño, se trataba de lo que existe en el oído y cuando voy a los médicos y digo lo que me dijeron en el hospital, la respuesta es o una de dos: o que nunca he estado allí ingresada o que no les sale nada de aquello. ¿Mafia? ¿Corrupción? No sé que es, pero está claro que algo muy oscuro se oculta. ¿Y así pretenden que vivamos más? ¿De qué sirve que intenten que vivamos el doble si tenemos que vivir con dolor y problemas? En mi opinión todo esto es muy extraño y la Farmamafia está detrás de todo.
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